Es el horizonte... me acerco dos pasos, se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más alla. Por mucho que yo camine, nunca lo alcanzaré. Entonces... ¿Para que sirve la utopía?
Para caminar, supongo.
sábado, 22 de agosto de 2009
para allá
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